El resplandor de un rayo

La idea de El resplandor de un rayo nació un día de septiembre de 2012 en una conversación mantenida entre Graciela Jiménez, Antje Wichtrey y yo misma, en el transcurso de la cual apareció el gusto común por la poesía tradicional japonesa, concretamente por el haiku y su capacidad para fijar en pocas palabras una imagen poética, un sentimiento profundo. En esa conversación surgieron también las estrechas afinidades entre las disciplinas de cada una de nosotras y decidimos realizar un espectáculo en el que se aunaran palabra, música e imagen. Comenzamos a tantear posibilidades y fue apareciendo ante nosotras un ancho mundo de sensaciones que cada cual quiso expresar con su propio lenguaje. Las reuniones para discutir, trabajar, ensayar fueron momentos de felicidad. Hemos compartido experiencias y conocimientos que nos han hecho sentir el placer del trabajo en común y la creación compartida.

Se seleccionaron sesenta poemas entre haikus y algunos tankas, divididos en dos partes: una primera parte titulada Las estaciones y una segunda denominada Sueños sin rumbo. El conjunto recibió el título de El resplandor de un rayo.

Desde el siglo VIII hasta el siglo XVI la mayoría de la poesía escrita en japonés tenía la forma del tanka, una composición poética dividida en dos unidades: una primera compuesta de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente, y una segunda unidad compuesta de dos versos, ambos de 7 sílabas. El haiku, que se deriva del tanka, es una composición poética formada por 17 sílabas, repartidas en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, aunque a veces esta medida no se respete y se admitan algunas irregularidades. Con Matsuo Bashoo, que vivió en el siglo XVII, el haiku alcanzará su carácter definitivo. En la actualidad, el haiku sigue en plena vigencia, aunque renovándose hacia el verso libre. El haiku ha tenido una gran repercusión en la poesía mundial y su influencia llega hasta nuestros días. Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez o Federico García Lorca fueron magníficos exponentes en su poesía del juego textual y la imagen que conllevan el haiku.

El principal tema de inspiración del haiku es la naturaleza, entendida esta como representación del devenir de la vida. Es una poesía que capta el instante a través de una imagen descrita con sencillez y sutileza. La melancolía, la tristeza y la alegría están presentes a la hora de expresar los sentimientos que provoca la contemplación de la naturaleza.

El resplandor de un rayo articula la lectura y recitado de los poemas, la interpretación al piano de piezas compuestas expresamente para el espectáculo y la proyección de imágenes originales que recogen el color y la pureza esencial de los haikus.
El espectáculo tiene una duración de cincuenta minutos, a lo largo de los cuales, y a través de los versos de autores de distintas épocas, se habla de la dicha, la nostalgia, la felicidad, la muerte…La conjunción de palabra, música y pintura proporciona sugerentes imágenes poéticas que aspiran a conmover al espectador.

Andrea Villarrubia